24 de enero del 2018 – La decisión de la administración de Trump de poner en la mira a los empleadores que contratan extranjeros indocumentados, es parte de un creciente esfuerzo por reprimir la inmigración en el país por parte del gobierno estadounidense.
Después de eliminar el Estatus de Protección Temporal (TPS) para inmigrantes de Haití y Nicaragua, el gobierno estadounidense anunció recientemente que alrededor de 200 000 inmigrantes de El Salvador perderían el TPS y que los hondureños podrían ser el próximo objetivo.
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Además, la Embajadora de los Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, anunció la retirada de su país del Pacto Mundial de las Naciones Unidas sobre Migración, que junto con las controvertidas propuestas de eliminar las prórrogas para las visas H1-B o permisos de trabajo H4 para los cónyuges de titulares de la visa H1-B, subraya el cambio tectónico en la postura de los Estados Unidos hacia la inmigración, tanto de trabajadores calificados como de extranjeros indocumentados.
Mientras que el éxodo de trabajadores calificados de la India, de Vietnam y de otros países desde los Estados Unidos representa una oportunidad para Canadá, la perspectiva del aumento de la inmigración de indocumentados en América que buscan refugio en Canadá representa un riesgo enorme para Ottawa, con consecuencias potencialmente serias para la economía y la sociedad canadiense.
Canadá: refugio preferido por los inmigrantes americanos
Es un hecho comprobado que los inmigrantes en Estados Unidos miran hacia Canadá cuando se enfrentan a tiempos inciertos. En una entrevista anterior, vimos como las búsquedas en Internet de cómo llegar a Canadá aumentaron durante las elecciones precedentes en los Estados Unidos, durante las cuales Donald Trump hizo numerosas declaraciones controversiales sobre la inmigración.
Con 200 000 salvadoreños que probablemente perderán su TPS para julio del 2019, Canadá enfrentará posiblemente una nueva ola de inmigrantes ilegales cruzando la frontera, agravada por una laguna en el Acuerdo del Tercer País Seguro entre los Estados Unidos y Canadá.
Este acuerdo, que exige a los que solicitan asilo en los dos países que presenten su solicitud en el país al que llegan primero, incluye solo a los emigrantes legales y documentados. Los que entran a Canadá ilegalmente desde los Estados Unidos, en virtud de que el país firmó la convención de la ONU sobre el estatus de refugiado, tienen derecho a un proceso de reclamación, aunque sean arrestados por las autoridades canadienses.
Esto significa que los inmigrantes indocumentados que huyen hacia Canadá tienen el derecho legal de permanecer en el país mientras que se procesa su reclamación en un juicio de inmigración.
Un problema creciente
En el 2016, 15 000 indocumentados entraron a Canadá a través de la frontera con los Estados Unidos con la intención de pedir asilo en el país. De ellos, solo 5 529 inmigrantes debían ser deportados hasta agosto del 2017. El aumento de las solicitudes de asilo obligaron a las autoridades a convertir el Estadio Olímpico de Montreal en centro de refugio temporal para los inmigrantes.
Según datos del gobierno, la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá (CBSA, por sus siglas en inglés) e Inmigración, Refugiados y Ciudadanía Canadá (IRCC, por sus siglas en inglés) procesaron 45 785 solicitudes de asilo en los primeros 11 meses del 2017. La Junta de Inmigración y Refugiados (IRB, por sus siglas en inglés) indicó que algunas solicitudes podrían, a causa de la escasez de jueces de inmigración, demorar hasta 11 años en ser procesadas.
Además, la preferencia de muchos solicitantes de asilo por algunas provincias en específico, puede complicar las cosas. Entre enero y noviembre del 2017, Quebec y Ontario procesaron 13 280 y 10 775 solicitudes de asilo respectivamente, mientras que las cifras eran bajas para Alberta, con 970 solicitudes, y para Columbia Británica con 815.
Claramente, el impacto financiero de absorber tantos refugiados sobrecarga la economía canadiense. El Director General del Sector de Operaciones de IRCC dijo que cada solicitud de asilo implica un gasto gubernamental promedio de entre 15 000 $ y 20 000 $, que son, al final de todo, pagados por los contribuyentes.
Las relaciones glaciales entre los dos países debido a la reciente queja comercial global que Canadá hiciera contra los Estados Unidos en el WTO (Organización Mundial de Comercio), la especulación según la cual los Estados Unidos podría poner fin a las conversaciones sobre el TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) y, finalmente, la retirada total del acuerdo de libre comercio, impactarían probablemente los esfuerzos por controlar la inmigración ilegal desde los EUA hacia Canadá.
Enfrentar el problema con eficacia
Como hemos podido observar, los intentos previos de enfrentar el problema incluyeron campañas informativas para dar a conocer la política de cero tolerancia de Canadá con respecto a la inmigración ilegal.
El Acta Americana de Inmigración y Nacionalidad incluye esta medida, más bien controversial e impopular, que asegura que el retraso en el procesamiento de las solicitudes no se convertirá en un pase gratis para que los inmigrantes ilegales permanezcan en el país.
Además de reforzar este mensaje dirigido a las personas que tienen más probabilidades de cruzar la frontera para entrar ilegalmente a Canadá, el gobierno necesita participar en una coordinación continua con los EUA para asegurar que solo los verdaderos solicitantes de asilo sean protegidos, sin que esto signifique una carga social, política y económica excesiva para el país.
En contraste, Canadá debería considerar la suspensión del Acuerdo del Tercer País Seguro, para negar protección como refugiados a los solicitantes que entran a Canadá provenientes de los EUA, al menos de que entren legalmente y de manera segura.
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