Stephen Harper, Primer Ministro de Canadá, realizó recientemente esta declaración: «La industria petrolera no es ni de cerca toda la economía canadiense». A pesar que esta no es una declaración sorprendente, ya que la producción de petróleo crudo representa sólo el 3% del PBI de Canadá, la sorpresa es que el Sr. Harper sintiera la necesidad de declarar lo obvio.
Él sacó a Canadá del protocolo de Kioto sobre el cambio climático y promovió el oleoducto Keystone XL que bitumen de Alberta a las refinerías en el sur de los Estados Unidos. Él ha comparado el desarrollo de las arenas alquitranadas de Alberta con la construcción de la Gran Muralla de China. El Sr. Harper ha proclamado que Canadá, el quinto productor de petróleo crudo más grande del mundo (que forma hasta 14% de las exportaciones), es «una superpotencia de energía emergente».
Sin embargo, los precios del petróleo han caído más del cincuenta por ciento desde junio del 2014, llevando a un cambio en los motores del crecimiento económico de Canadá occidental a la provincias centrales de Ontario y Quebec, que se enfocan y servicios y manufactura. La debilidad en el sector energético ocasionó un corte sorpresivo en las tasas de interés del Banco de Canadá el 21 de enero. El gobierno federal que normalmente presenta su presupuesto al final de marzo, lo ha postergado hasta abril como muy temprano. Los volátiles mercados energéticos hacen imposible predecir precisamente los ingresos, dice Joe Oliver, Ministro de Finanzas.
A pesar que el desplome del petróleo se recuperará en algunas partes del país, se aumentará en otras. Según el Consejo de Conferencias de Canadá, la provincia rica en petróleo de Alberta, que ha crecido más rápido que el resto de Canadá durante los últimos 20 años, entrará en recesión este año.
Este es el motivo detrás de la decisión del banco central de reducir el objetivo de su tasa de interés clave por un cuarto de un punto porcentual de 1%, su nivel desde setiembre del 2010. Esto ha confundido a los mercados financieros ya que su inflación subyacente se encuentra en 2.2%, bastante dentro del rango objetivo del banco. Las tasas más bajas alientan a los consumidores, que ya tienen niveles récord de deuda, a asumir aún más. Stephen Poloz, gobernador del banco central, reconoció el riesgo pero dice que la recesión en la industria petrolera hace que valga la pena. Teme que la pérdida de trabajos, inversión e ingresos por exportación del sector energético se extienda eventualmente a otras partes de la economía. Dijo que la rebaja de la tasa era similar a sacar una póliza de seguro.
Ontario y Quebec, que representan más de la mitad del PBI de Canadá, son sede de grandes industrias manufactureras, como automóviles y aeroespacial, que se quejan desde hace tiempo que el aumento del dólar canadiense debido al petróleo estaba dañando su competitividad. La moneda ha caído 15% en comparación con el dólar americano desde junio, dando un empuje a las exportaciones, y puede debilitarse aún más debido a bajas tasas de interés. Esto combinado con el fuerte crecimiento en los Estados Unidos, el socio comercial más grande de Canadá, es un buen pronóstico para los fabricantes.
Existen dos amenazas para el plan de campaña del Sr. Harper. El primero es que, como teme el banco central, la caída del petróleo jalará hacia abajo el crecimiento en general. El segundo es que la economía continuará relativamente bien pero los conservadores no recibirán crédito por ello.
El Sr. Harper es un político habilidoso; es muy probable que encuentre la manera de cambiar el enfoque del crecimiento llevado por el petróleo para su ventaja.
Fuente: The Economist